Los pasados días 25 y 26 de junio fueron recordados los asesinatos impunes de los jóvenes militantes sociales Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en la Estación de Avellaneda y el Puente Pueyrredón. Una única consigna: cárcel a los responsables políticos de la masacre tras 8 años de impunidad.
La criminalización de la protesta social por parte del Estado tiene tanto de dictatorial como de inmoral. Tanta sangre, tanta muerte y tanta miseria en la historia nuestra debiese al menos impulsar un cambio de rumbo. La protesta se canaliza y se la transforma en política social, no se la reprime.Acompañamos así desde esta Juventud combativa, integrante de una nueva generación de militantes políticos, el reclamo histórico de justicia. Cárcel a los responsables políticos. Cárcel sin distinción de filiaciones partidarias. Cárcel sin privilegios. Cárcel sin premios. Cárcel sin fueros. Cárcel.
