La solución no es la derecha.
Tras
admitir la existencia de criminalidad en Avellaneda, resulta
preocupante el giro hacia la derecha que ha dado el Intendente
Ferraresi. Se intenta abordar la problemática con medidas cortoplacistas
y con un pretendido aire electoral, lo que lo ha llevado al absurdo de
declarar ver "con agrado" la designación de Alejandro Granados al
frente del Ministerio de Seguridad, personaje al que hasta Horacio
Verbitsky cuestionó.
No se habla de la complicidad del propio
Estado con el delito desde sus fuerzas policiales, ni de la integración
económica por parte de ese universo de jóvenes que no estudia ni
trabaja, ni de su acceso a la vivienda en una ciudad donde 50.000
personas viven en villas o asentamientos, ni de que un chico nacido en
un barrio marginal sigue teniendo muchas menos probabilidades de
terminar la escuela secundaria que un joven del centro de Avellaneda. De
eso no se habla.
El Intendente dice estar expectante porque
Granados tiene "el timing de resolver las cuestiones de manera urgente".
Nunca, sépase, puede hablarse de década ganada si la conflictividad
social debe resolverse por un Gobierno "de manera urgente". La urgencia
lleva a superpoblar el conurbano de Gendarmes, nombrar funcionarios de
polémicos antecedentes e instalar cámaras de vigilancia social.
Los
que venimos del campo progresista aspiramos a una sociedad con menos
policías, no con más. Aspiramos a que la prioridad sea enfrentar el
deterioro social, y no reprimir sus consecuencias. No nos resignamos a
que el debate político se centre en la seguridad, en vez de discutir
cómo distribuir de manera más equitativa la riqueza, la propiedad y la
educación.
Que no se agote el debate. La solución no es la derecha.
Federico Dalponte - Presidente
Guido Álvarez Rossi - Secretario General
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